El día de mi muerte
Mateo 6:34 No te preocupes por el mañana, porque el mañana se cuidará de sí mismo. Basta a cada día sus propios problemas.
Corrientes 23 de abril de 2025
Hoy en el día de mi muerte, me desperté temprano, con el alma encendida. Había en mí una ansiedad serena, una energía contenida, como si el cuerpo supiera lo que el corazón aún no decía. Sentí una contractura en el cuello, que cedió, como una señal de que todo estaría bien. Antes de partir, fui a practicar los pequeños rituales del amor, fui a tapar a cada uno, Juanes y a Elena, al costado de cada uno les puse una almohada cerca para que les de calor, como quien deja una bendición silenciosa. Elena acostada como pollo a la parrilla, abrigada por su pañal. Juanes abajo con las dos manos juntas, o al costado.
Me desperté, y alisté, salí a tiempo, pasé por la casa de mamá, la abracé con la paz de lo cotidiano. Me bendijo, como cada mañana, con su frase sagrada y la cruz pintada en el aire. Hace una semana retomé el ejemplo de mi abuelo de desplazarme en bici a todo. Llegué al semáforo y pienso “aquí comienza”, porque allí el viento suele anunciarse con fuerza, como una voz que recuerda que estamos vivos. Vi un muchacho adormecido por el sueño y el frío envuelto en una fina sábana verde, hacía 14 grados, pensé: yo habría elegido una calle menos ventosa, pero él, quizá, ya no elegía. Llegué a la rotonda de la virgen de Itatí, levanté la palma de mi mano y le pedí su bendicion sobre mi y los mios.
Pude disfrutar el camino, pude agradecer a Dios por poder andar en bici como anoche, que también agradecí, cuando estuve con los mios.
Ellos como una noche más, como si la vida fuera para siempre, pero yo estaba ahi esa noche porque era el "último día", mi última noche, les anuncié que rezaríamos como cada noche la oracion de la abuela y escuché sus vocecitas a coro: Angelito mio cuidame esta noche y mañana todo el día Aaaaamén. "adormiiiir"!
Resulta que un día como hoy pero hace 25 años hablaba con papá y él me decía que en la prehistoria los hombres morían a los 45 años. Reflexioné con eso y su otra frase que me decía a los 8: "Nacer es caminar hacia la muerte".
Asi que en esa charla, yo tenía 20 años y tener 45 estaba lejísimo. Entonces decidí que aquel día futuro, el 23/4/2025, sería simbólicamente mi final. Un recordatorio, no una tragedia. Una señal para no dormirme en la espera, de que la vida no es para siempre, que tenía que aprender a nadar, volar, bucear, viajar, plantar los árboles, escribir libros y tener mis dos hijos, vivir la vida no dejarla para despues, carpe diem como en "La sociedad de los poetas muertos".
Hoy, el camino en bici fue una plegaria sin palabras. El perfume de las plantas flotaba tenuemente como incienso. Las flores de la noche aun encendidas, El cielo, inmenso se abría sobre mi, el olor de la osamenta estaba ahi también, el cielo era hermoso, el rocio de las plantas, la bruma a lo lejos, el vapor que delata los espejos de agua, el Sol asomando en cada calle que lo señalaba, entre las hojas de los sauces llorones, sus rayos por el cristal de la camioneta abandonada y los pinos secos como viejos sabios, los apereá en familia con sus bebés pegados al cuerpo como promesas y un águila tocando el limbo del Sol sobre el horizonte, un toguató por encima de todo, silencioso, majestuoso, calmo ajeno a lo finito.
Todos los días son un renacer como el Sol en el horizonte.
No te preocupes por el mañana, porque el mañana se cuidará de sí mismo. Basta a cada día sus propios problemas.
“La muerte no es el final de todo, sino el comienzo de algo”, afirmó el papa Francisco en el prefacio del libro Esperando un nuevo comienzo, reflexiones sobre la vejez que se publicará hoy.
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